lunes, 10 de noviembre de 2008

RESEÑA HISTÓRICA DE LA PRIMITIVA HERMANDAD


El 10 de Febrero de 1952, «en virtud de las facultades concedidas por el Emno. Y Rvdmo. Sr. Cardenal Arzobispo para el tiempo de la Santa Misión», Fray Valentín Pérez Cantero, superior de dicha Misión, aprobaba las Reglas de fusión entre las Hermandades paradeñas de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de la Virgen de los Dolores titulándose entonces la Corporación: «Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén y Santísima Virgen de los Dolores». Se reconocía entonces de Derecho una relación que de hecho se venía produciendo desde siglos atrás.
La fecha fundacional de esta Hermandad se conoce actualmente gracias a las investigaciones del prof. D. Álvaro Pastor Torres, hermano de esta Corporación.Sus investigaciones han permitido conocer con exactitud la fundación de estas antiguas hermandades paradeñas que unieron sus caminos en 1952. Así, y gracias a los documentos conservados en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla, se ha podido saber que el 25 de Marzo de 1605, festividad de Nuestra Señora de la Encarnación, se fundaba e instituía «la Cofradía de los Nazarenos en la Iglesia Mayor (parroquial de San Eutropio) de la Villa de Paradas. La citada fundación vino precedida del correspondiente mandamiento eclesiástico, expedido por el entonces »Provisor Oficial y Vicario General de esta Villa y su Arzobispado» don Antonio de Covarrubias y Leiva, con fecha 22 de Marzo de 1605. Treinta y ocho hermanos firmaron y declararon el acta fundacional, encabezados por el ministro Domingo de Cepeda, presbítero mayor de la parroquial.
Igualmente, se han descubierto, en el mismo Archivo, las Reglas fundacionales de la Hermandad de la Virgen de los Dolores, cuya creación se acordó el 24 de Abril de 1761 en la Ermita del Señor San Juan de Letrán, «atendiendo al mucho afecto que a dicha Sra. de los Dolores le tienen los de esta Villa». Esta Hermandad permaneció en la Ermita de San Juan hasta su saqueo de 1936. Posteriormente pasó a la Parroquia de San Eutropio.
En las citadas Reglas fundacionales, y en su Capítulo 13, se establecía la obligación de acompañar a las demás cofradías de la Villa: Vera-Cruz, Dulce Nombre de Jesús y Santo Entierro de Cristo (hoy desaparecidas) y Jesús Nazareno. Así fue hasta la década de los cincuenta del presente siglo, en que dejaron de procesionar las citadas hermandades para quedar en exclusiva acompañando a Jesús en su camino al Calvario con la Cruz sobre los hombros. Aunque la Hermandad de la Virgen de los Dolores no se creó hasta bien entrado al siglo XVIII, hay constancia documental del acompañamiento de la Dolorosa (también llamada de la Soledad) a la Cofradía de Jesús durante el siglo XVII. La imagen de la Virgen de los Dolores es obra anónima del siglo XVIII. Fue gravemente mutilada en Julio de 1936 y restaurada por el escultor alcalareño Manuel Cerquera.
La documentación conservada tanto en el Archivo del Arzobispado, como en el de la Hermandad, nos permite conocer la vida ininterrumpida de ambas corporaciones penitenciales. Por lo que respecta a la de Jesús Nazareno, el libro de entrada de hermanos, cabildos y cuentas conservado en el Archivo Arzobispal nos informa de la vida de la Hermandad entre 1605 y 1683. Los libros de visitas pastorales nos proporcionan datos de los años 1691, 1699, 1705 y 1715. El amplio periodo comprendido entre 1732 y 1913 se conoce gracias al libro de cuentas y cabildos que se conserva en el Archivo de la Hermandad. Por último, desde 1913 hay constancia documental –escrita y gráfica- de la vida de la Hermandad, noticias que llegan hasta nuestros días y son celosamente custodiadas para el mejor conocimiento de la secular historia de nuestra Primitiva Corporación.
En cuanto a la documentación de la Virgen de los Dolores, además de las Reglas Fundacionales (1761) se conservan otras más tardías –también en el Archivo Arzobispal- que fueron aprobabas en 1899 por el recordado Cardenal Spínola.
Breves noticias históricas de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno:
Fue fundada como señalábamos más arriba, el 25 de Marzo de 1605. Durante el siglo XVII procesionaba «el jueves Santo en la noche, a la prima». Anualmente también costeaba la predicación (Sermón) de la Pasión. Los cabildos de salida tenían lugar –y así sucederá hasta bien entrado el siglo XX- el Domingo de Ramos. Durante la procesión era acompañada por «Nuestra Señora de la Soledad con sus insignias y hermanos». También formaba parte del cortejo procesional, en paso aparte, San Juan Evangelista. Esta costumbre se mantuvo hasta 1936. Recientes investigaciones han puesto de manifiesto que la primera Imagen de Jesús Nazareno data de 1611 y fue obra del escultor Antón González.
Prueba de la abundante devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno en el siglo XVII, y por consiguiente durante la pujante vida de la Corporación Penitencial, es el número de hermanos que tenía en 1657: 348 (entre hombres y mujeres). Su distribución domiciliaria por calles era la siguiente: Carmona (33), De Arahal (59), Horno Viejo (39), Antón Freire (88), Nueva (16) y Calle Real y Plaza (113).
Pasando ya a noticias del siglo XVIII podemos señalar el cambio de hora procesional que reflejan los cabildos de salida. Desde 1733 hasta 1792 se ordena «que salga el Viernes de mañana por las calles acostumbradas». Entre 1793 y 1818 podemos leer con reiteración anual «que salga como acostumbra el Viernes Santo de madrugada». A partir de 1819 se vuelve al horario antiguo en la mañana del Viernes Santo, que es el que hoy está en vigor.
En 1744 se reunieron las tres cofradías penitenciales para sufragar una nueva imagen de «Dolores y Soledad de María Santísima». En 1789 la Hermandad de Jesús Nazareno labró su capilla y camerín en la parroquial de San Eutropio que por entonces levantaba desde los cimientos el arquitecto diocesano Fernando de Rosales. En el primer tercio del siglo XX se construyó en dicha capilla, por la familia González-Varea, una cripta panteón.
La Corporación nazarena soportó los envites políticos y sociales del siglo XIX, y aunque perdió con la desamortización 2’8 hectáreas de tierra cultivable –su principal fuente de ingresos- el celo de la familia Varea permitió la subsistencia de la Cofradía y del culto a Nuestro Padre Jesús, obra que en 1904 fue restaurada por Manuel Gutiérrez-Cano. Dicha imagen se perdió en 1936, siendo sustituida a los pocos años por otra del ceramista y escultor Enrique Orce, todo ello gracias al esfuerzo de Don José Avecilla González que puso todo su empeño en continuar el legado histórico que había caído en sus manos.
Desde entonces hasta ahora, generaciones enteras de paradeños han contribuido a dar testimonio de fe cristiana al trabajar por y para la Hermandad que desde 1952 unió por siempre dos devociones de honda y secular raigambre en la Villa de Paradas.
Esta es nuestra Historia, de la cual partimos y la que queremos continuar con la adaptación a los nuevos tiempos de la Iglesia.
Extraído de las Reglas de la Hermandad aprobadas el 7 de Noviembre de 1996, páginas 1 a 4.

Transcribió:David Florián Sanz.


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